Andrea Ruiz
Nuestra iniciativa “Comunidades Solidarias”, la cual nació de la cooperación entre Chico Mendes Alemania y Red de Iniciativas Comunitarias (RICO e.V.), tiene como objetivo unir esfuerzos de comunidades y organizaciones en Guatemala que buscan una respuesta comunitaria a la crisis humanitaria agravada por la pandemia del COVID-19. Actualmente estamos en contacto con cinco comunidades y organizaciones de las zonas rurales de Guatemala. Hemos colaborado en la elaboración de estrategias y en la implementación de iniciativas para superar la crisis sanitaria y proporcionar a los habitantes las necesidades más básicas, como los alimentos.
Una de ellas es la Asociación Campesina Río Negro Trece de Marzo Maya Achí situada en el Asentamiento Pacux, en el municipio de Rabinal, Baja Verapaz.

Una historia de resistencia
Esta asociación se ha dedicado a trabajar con grupos de jóvenes enseñándoles las bases de la Agroecología desde la Soberanía Alimentaria. A raíz de la negligencia histórica del Estado y la crisis actual se han visto obligados a elaborar estrategias colectivas para salir adelante y ayudar a los habitantes más vulnerables.
Históricamente la comunidad indígena Achí originaria de la aldea Río Negro, Rabinal, Baja Verapaz, ha sobrevivido a una serie de vejaciones y violaciones contra los derechos humanos, desde despojos de sus tierras, desalojos forzados por proyectos hidroeléctricos y mineros, masacres hasta el genocidio durante el conflicto armado interno (1960-1996). Estos acontecimientos han propiciado la destrucción del tejido social, la polarización y confrontación dentro de la comunidad.
Megaproyectos y desplazamientos
En el año de 1975 el gobierno de Guatemala dio inicio a la construcción de la hidroeléctrica Chixoy, cometiendo una serie de violaciones a los derechos humanos: derecho a la vida, la libertad, la seguridad, el desarrollo integral, el derecho al territorio, y forzando así el desplazamiento de la comunidad Río Negro hacia el asentamiento Pacux. Este desplazamiento forzado causó serios daños en la población. Fue así como el 16 de abril de 2002 nace la Asociación Campesina Río Negro Trece de Marzo Maya Achí, como una entidad apolítica y no religiosa, sin fines de lucro, con el objetivo de promover el desarrollo social. La intención de los líderes era incluir a toda la población de Pacux para demostrar que la participación y el apoyo comunitario se pueden lograr. Esta asociación está integrada por hombres y mujeres que tienen un nivel de escolaridad bajo, la mayoría son campesinos y amas de casa. Los integrantes son personas conscientes de la realidad que se vive en Guatemala, conocedoras de las diversas problemáticas que afectan su comunidad y capaces de dirigirla para mejorar las condiciones de vida.
Un pasado próspero
Antes de la construcción de la represa de Chixoy, la comunidad de Río Negro era venturosa, ya que se dedicaba a actividades agrícolas y pecuarias. La riqueza de la naturaleza les brindaba oportunidades para potenciar estas actividades. Se contaba con grandes extensiones de tierra fértil destinadas para cultivos de maíz, frijol, hortalizas y árboles frutales. Además tenían áreas para la crianza de ganado. Los productos obtenidos eran de alta calidad nutritiva, suplían las necesidades del hogar y generaban excedentes que comercializaban con las comunidades vecinas y cabeceras municipales (San Cristóbal, Santa Cruz y Tactic, Alta Verapaz; y Cubulco, Rabinal, San Miguel Chicaj y Salamá Baja Verapaz). Así mismo, contaban con infraestructura artesanal y natural para promover sus actividades agrícolas y pecuarias, tales como sistema de riego, fuentes de agua para consumo humano y animal, sistema de fertilización natural, métodos de cultivos, manejo y aprovechamiento de la flora y fauna, entre otros. De este modo las familias gozaban de una economía estable.

Violaciones a los derechos humanos de las y los habitantes
Todo este contexto social, cultural, político, económico, espiritual y psicológico fue vulnerado y alterado al momento que el Instituto Nacional de Electrificación (INDE), inició con los estudios para la construcción de la represa de Chixoy. Representantes y empleados del INDE, informaron a los líderes de la comunidad sobre la ejecución del proyecto de la hidroeléctrica y el uso de sus tierras fértiles para dichos fines. El INDE ofreció infraestructura y reasentamiento justo y digno (casas dignas con todos los servicios básicos), a pesar de que los comunitarios no estaban de acuerdo con la construcción. Pero eso no tuvo mucha importancia en la toma de decisión violentando así la obligación del Estado en cumplir con el Convenio 169 de la OIT (Organización de Internacional de Trabajo) de la consulta previa. Cabe resaltar que en el año de 1980 los miembros del INDE convocaron a una reunión confidencial a los líderes de la comunidad, invitándoles a llevar los libros de acta y otros documentos, los cuales certifican los compromisos entre gobierno y comunidad. En el transcurso del viaje los líderes comunitarios fueron secuestrados y torturados. Dos días después fueron encontrados sin vida en Purulhá, municipio de Baja Verapaz. El libro de compromisos que se mantenía en poder de los líderes comunitarios fue desaparecido.
Organización social y resistencia
A partir de este acontecimiento, la comunidad se organizó para exigirle al INDE, defender y hacer prevalecer sus derechos. Como resultado, el gobierno de Guatemala inició un proceso de hostigamiento y represión en contra de las familias, utilizó al Ejército y a las Patrullas de Autodefensa Civil para perseguir y asesinar a las familias, acusándolas de ser guerrilleras. Durante este proceso se ejecutaron cuatro masacres, 444 personas (niños, niñas, mujeres lactantes y embarazadas, hombres y jóvenes) fueron asesinadas, de acuerdo con la Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala. Las familias sobrevivientes de las masacres y otros que padecieron durante las masacres, huyeron para salvaguardar sus vidas hacia las montañas, en donde los sobrevivientes permanecieron durante cinco años, alimentándose de hojas, raíces y frutos de las plantas silvestres.
En memoria de las víctimas que fueron masacradas el 13 de marzo de 1982 y en las demás masacres ejecutadas, nació el nombre de esta asociación campesina. Ésta promueve el uso de espacios para reconstruir y mantener la memoria histórica de la comunidad conscientizando y sensibilizando a la juventud para que conozcan las causas y consecuencias del conflicto armado interno y nunca se permita la repetición de actos violentos.


El trabajo de la Asociación Campesina Río Negro Trece de Marzo Maya Achí hoy en día
Actualmente, la Asociación Campesina Río Negro Trece de Marzo Maya Achí se enfoca en el rescate de conocimientos ancestrales sobre agroecología, y soberanía y seguridad alimentaria. Es por esto que ofrecen procedimientos de formación para que lxs jóvenes aprendan prácticas de la agricultura orgánica con una filosofía progresista, solidaria y con capacidades de liderazgo. Así mismo, promueven la diversidad orgánica y la equidad de género para garantizar el acceso a la alimentación saludable. Posteriormente, todos los conocimientos aprendidos son llevados a la práctica en la Escuela de Campo, la cual es propiedad de la asociación. En esta fase lxs jóvenes reciben la oportunidad de aprender nuevos conocimientos y experiencias ancestrales sobre la seguridad alimentaria, producción sostenible y la economía familiar fortaleciendo al mismo tiempo su contacto con la madre naturaleza. La Escuela de Campo permite la producción de una gran diversidad de alimentos como: cebolla, cilantro, rábano, lechuga, repollo, zanahoria, chipilín, macuy, apio, amaranto, entre otros. También se conserva la producción de maíz, frijol negro, ayote, árboles frutales nativos de la región, al igual que plantas medicinales y ancestrales.



¡Apóyanos!
Debido a la crisis del COVID-19 se han visto muchas personas afectadas, en especial ancianos, mujeres viudas y madres solteras e integrantes de la junta directiva, ya que se les ha cerrado el ingreso económico para sustento del hogar. Con nuestra recaudación de fondos en gofundme queremos apoyar este compromiso, que se centra en la auto-organización y la soberanía alimentaria, y ayudará a cubrir los gastos de alimentos básicos para las 120 familias más vulnerables de la comunidad.